NUESTRO PATRIMONIO: EL CÁLIZ QUE HABLA.
Las marcas del platero artífice, del contraste que certificó la calidad de la obra, y de la ciudad donde se realizó, esta última frustra, no permiten concluir una cronología exacta, si bien por la tipología, podemos adscribirlo a mediados del siglo XIX.
En la base de este cáliz puede leerse: “Soy de San Juan Evanjelista Calle de la Muela”. Y bajo esta base, una inscripción aburilada de un inventario antiguo de los objetos litúrgicos: “Torre Gimeno 29”.
Estamos por tanto ante una pieza única, ya que se trataría del único vestigio material que ha pervivido en el tiempo de la antigua ermita de San Juan Evangelista que existía en la Calle de la Muela de Torredonjimeno desde mediados del siglo XVII. De la bendición de esta ermita, se conserva en el Archivo parroquial de Santa Maria un testimonio del Párroco, el licenciado Frey Juan Montano de Yegros.
Este testimonio, asentado en el libro nº 6 de Bautismos, data la bendición de la ermita el 25 de Diciembre de 1632. El Consejo de Órdenes había concedido la licencia para la construcción de esta ermita, bendecida en el día de Pascua de Navidad de 1632 por el Párroco de Santa Maria. A los dos días en la Fiesta de San Juan Evangelista fue el Licenciado Juan Rico, presbítero y sacristán mayor de Santa Maria, el que celebró la primera Eucaristía en la que predicó el Licenciado Alonso de Ortega.
Para el sostenimento y ornamentos de esta ermita de San Juan en la Calle de la Muela, la religiosa de la Orden Tercera de San Francisco D” Ana Guerta, viuda de D. Bartolomé de Ortega había legado unos bienes: Un haza de ocho celemines plantada de olivos en el sitio del palomar de las monjas, y una casa en Calle La Muela, frente a la ermita. Esta fundación establecía un capellán con obligación de celebrar la Santa Misa todos los domingos y fiestas de guardar. El primer Capellán fue D. Juan Rico y en la sucesión en la capellanía intervendría la Parroquia de Santa Maria.
Estos vestigios materiales nos hablan de un pasado que configuró en torno a los templos parroquiales de Torredonjimeno, un conjunto de ermitas entre las que discurrían las estaciones procesionales, y de un patrimonio en su mayoría perdido, al que nos acercamos a través de los últimos testimonios materiales que nos han llegado de tiempos pretéritos.
Ildefonso Rueda Jándula
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