miércoles, 3 de septiembre de 2025

ROGATIVAS A NUESTRA SEÑORA DE CONSOLACIÓN POR LA SEQUÍA DEL AÑO 1616. LAS TENSIONES JURISDICCIONALES EN TORNO A LA RELIGIOSIDAD POPULAR


 Ildefonso Rueda Jándula 

El traslado de la imagen de Nuestra Señora de Consolación desde su Santuario hasta la ciudad de Torredonjimeno, fue un hecho ocasional en la Edad Moderna, suscitado circunstancialmente  por las sequías y otras calamidades públicas. El Concejo y clerecía de la Villa, ante estas necesidades, acordaban la celebración de rogativas públicas con las que impetrar al cielo el auxilio divino, celebraciones en las que, según otros estudiosos locales fue nuestra Señora de Consolación la principal intercesora en el siglo XVII, y bien entrada la centuria siguiente. 

Documentar estas celebraciones extraordinarias permite conocer los periodos de sequía. Aquel año de 1616, aparece señalado entre los intervalos en los que el déficit en las lluvias provocaba no solamente bajas cosechas sino también la disminución en los niveles de los ríos y el perjuicio provocado en las aceñas o molinos hidráulicos. A comienzos del siglo XVII se constataron dos grandes crisis agrarias: 1604-1605 y 1615-1617, siendo esta última la más grave. En el mes de abril de 1616, año de la muerte de Cervantes, se pueden contabilizar rogativas a las principales devociones por toda la geografía peninsular. 

El cabildo municipal de Torredonjimeno, junto con su alcalde, Salvador Rico, había dispuesto en el mes de abril del año 1616, el traslado de la imagen de Nuestra Señora de Consolación desde su ermita, en rogativas concertadas con el clero de ambas parroquias. En los hechos que ocurrieron en aquella ocasión, comenzaban a manifestarse las disensiones entre los priores calatravos en cuanto a las jurisdicciones eclesiásticas.

sábado, 16 de agosto de 2025

EL ALTAR DE SANTA MARÍA DE TORREDONJIMENO, OBRA DE AMADEO RUIZ OLMOS


Ildefonso Rueda Jándula 

En Julio de 1966, el Párroco de Santa Maria de Torredonjimeno, D. José González Amaro dirigía una solicitud al Obispado de Jaén para obtener la aprobación del proyecto de nuevo altar, de acuerdo con las disposiciones litúrgicas del Concilio Vaticano II. El párroco, remitía una fotografía del diseño que a tamaño natural había realizado el afamado escultor, autor también del retablo mayor. Esta fotografía hasta ahora, ha permanecido inédita. Procede del Archivo Diocesano de la Curia. 

Según informaba D. José Gonzalez Amaro, “La mesa de altar se realizará con mármol-piedra color crema, según muestra presentada de las proporciones en planta de 2.75 por 1.00 y de 0.97 mts. De altura total; pulimentada y colocada. El presupuesto de la obra, que contenía el apostolado y la figura de Cristo en bronce, ascendía a 145.000 pesetas, estando prevista su colocación el 28 de Agosto de 1966. 

El altar, ha sido estudiado por el historiador del Arte D. Pablo Jesús Lorite Cruz en su trabajo “El frontal del altar del presbiterio de Santa Maria de Torredonjimeno”, donde nos ofrece la siguiente descripción: 

El altar está tallado en piedra y revestido de mármol: forma en su frontal trece hornacinas muy simples, concretamente rectángulos huecos y simétricos sin ninguna clase de decoración, salvo golpes de cantero en bruto. En ellos introduce un mediorrelieve en bronce que representa a cada apóstol en cuerpo entero. Pese a la moderna composición, claramente se puede observar como la influencia absoluta del frontal se debe a los sarcófagos paleocristianos. Tanto los apóstoles como Jesús aparecen gloriosos, con sus atributos iconográficos. Por tanto se trata de una representación según la teología de la Iglesia triunfante, frente a la militante y purgante. 

A la solicitud de D. José González Amaro respondió el presidente de la Comisión Diocesana de Liturgia, quien informó positivamente sobre el proyecto, advirtiendo de la necesitad de colocar en el mismo presbiterio un ambón de materiales definitivos y nobles. Esta recomendación aún esta por cumplir, dotando al espacio celebrativo del ambón, o mesa de la Palabra en consonancia con la mesa de altar. 

sábado, 9 de agosto de 2025

HOY, 9 DE AGOSTO, HACEMOS MEMORIA DE LAS SANTAS JUANA Y MARÍA DE TORREDONJIMENO

Retablo antiguo de la Parroquia 
De San Pedro de Torredonjimeno. Desaparecido
en la guerra civil española
Ildefonso Rueda Jándula

En la religiosidad popular tosiriana, pervive aún el recuerdo de las Santas Juana y María, que según D. Juan Montijano Chica en su obra “Historia de la Ibérica Tosiria” en su Capítulo IX, sitúa en el calendario su fiesta el 9 de agosto, día en que padecieron martirio en Granada. El no estar reconocidas canónicamente, no impide que destaquemos la memoria de las huellas que en la Historia dejó este testimonio martirial. 

Dice D. Juan Montijano en su reconocida obra: “Nuestros antepasados del siglo XVI, mandaron tallar dos magníficas imágenes de estas santas y esclarecidas tosirianas, que derramaron, en ferviente confesión de la fe cristiana, su sangre por Cristo. Estas imágenes a que me refiero estaban en dos preciosas repisas en el altar mayor de la iglesia parroquial mayor de San Pedro Apóstol, a un lado y otro del magnífico retablo barroco, de principios del siglo XVII”. 


La instantánea que nos muestra el antiguo retablo del templo parroquial de San Pedro de Torredonjimeno, permite observar estas imágenes, de las que, en primer lugar ponemos en duda la cronología aportada por D. Juan Montijano, ya que su factura nos remite a un barroco ya consolidado. Otras obras artísticas relacionadas con estas santas mártires se han documentado por los mismos autores en la ermita de los Santos Cosme y Damián, y la existente hoy día, de gran valor artístico en el presbiterio de la Iglesia de San José de las Madres de los Desamparados. 



Ahondando en la hagiografía de las Santas Juana y María, nos dice el Padre Fray Juan Lendínez en su obra Augusta Gemela Ilustrada en la que dedica un capítulo a estas santas:  “Si es preciosa la muerte de los santos delante del Señor, preciosas también lo deben ser delante de los hombres, para que solicitando imitar lo heroico de sus virtudes lleguen a ser preciosos en su muerte”. Agradecemos la inmensa labor en la edición crítica de esta obra realizada por D. Antonio Erena Camacho. 

Al punto que consumaron su glorioso martirio, aparecieron en el cielo dos astros refulgentísimos, que venciendo al sol en claridad, dirigían sus portentosos rayos a los sagrados cuerpos, bañándoles con ellos. Dando a entender el cielo, con asombro de los moros, que si los cuerpos de las sagradas vírgenes cayeron muertos en el suelo, sus almas pasaron a mejor vida de gloria que eternamente dura. Los cristianos dieron sepultura a los sagrados cadáveres en el mismo sitio, y, a honor suyo, fabricaron después un templo, que es hoy el que tiene dicho Colegio de San Gregori. En él se conservaron dos imágenes de medio cuerpo con el rótulo de «Santa Juana» y «Santa María». Hasta que, reparando la atención religiosa ser este culto excesivo, por no estar canonizadas las santas hermanas, se les varió el rótulo, poniéndoles el de otras santas vírgenes. La villa de Torredonjimeno conserva en la ermita de San Cosme y San Damián, sus patronos, un gran lienzo de buen pincel en el que se muestra el martirio de sus santas paisanas, y al pie tiene esta redondilla: «Quiso la bondad sagrada que por camino tan bueno plantas de Torreximeno diesen su fruto en Granada»


Nacieron Juana y María a mediados del siglo XV, hijas de Diego Fernández de Martos, alcaide del castillo de Torredonjimeno. El Padre Lendínez las sitúa en Higuera “que llaman de Martos” (hoy de Calatrava)  “por motivo de la diversión de primavera o por otras causas que se ignoran”, cuando, llegando el ejército de Muley Albohacén, rey de Granada, las hicieron prisioneras con los más vecinos de la villa (…) llegaron nuestras santas a la ciudad de Granada, en donde, puestas entre gentes de idioma que no entendían, vinieron a poder de dos moros que se enamoraron de su belleza; si fue este acaso por haberlas comprado estos bárbaros o si porque les tocó la suerte de cautivarlas, se ignora. Lo cierto es que los dichos dos moros las solicitaron para mujeres, y, para ello, les mandaron renegar de la fe de Jesucristo; pero las santas doncellas, resistiendo perder o desamparar la virginidad, resueltas a morir en defensa de la fe, después de convertido el amor de los barbaros en odio, éstos las maltrataron y tentaron por varios medios y, viéndolas firmes en sus santos propósitos y santa fe de Cristo, las sacaron de la Alhambra atadas a dos caballos y las llevaron arrastrando hasta el sitio que llamaban Entierro de Malditos y allí, a la hora de las doce del día, hincadas de rodillas las dos santas hermanas, dieron sus cuellos a la espada, que, cortando sus sagradas cabezas, dio soltura a sus benditas almas que volaron a la gloria con duplicadas coronas de fe y pureza” 

viernes, 8 de agosto de 2025

Construcción del primer Chapitel del Campanario de Santa María de Torredonjimeno en 1613

Fotografía del templo de Santa Maria con el antiguo
Chapitel del siglo XVIII

Ildefonso Rueda Jándula

La reciente intervención sobre el campanario del templo parroquial de Santa Maria de Torredonjimeno ha motivado la investigación histórica sobre las fases constructivas del edificio, y sobre todo acerca del campanario. Tanto en la memoria del proyecto de ejecución, en la que participó aportando datos y material gráfico el historiador D. Miguel Ruiz Calvente, así como el profesor D. Alfredo Ureña Uceda, y también en el seguimiento realizado por el arqueólogo local Rafael Lizcano Prestel, se ha podido reconstruir la dilatada historia de este elemento que sobresale de entre el casco urbano de Torredonjimeno. 

La investigación en archivos, aún continuará arrojando luz sobre nuestro pasado. En la Sección Varios del Archivo Histórico Diocesano de Jaén caja nº 3, encontramos las cuentas de fábrica de la Parroquia de Santa María, correspondientes al año 1613, solicitadas por la autoridad eclesiástica para su aprobación. De entre los gastos de aquellas cuentas figura el siguiente descargo: 


Mas se le reciben en cuenta cuarenta ducados que pago a Lazaro Molina en que se remató la obra del Chapitel del campanario de la dicha Iglesia como consto por testimonio del licenciado Miguel Ximenez de que mostró carta de pago del dicho Lázaro Molina.


Cuentas de fábrica 1613. Descargo del
Chapitel por Lázaro Molina

El descargo nos ofrece la información del maestro de obra encargado del Chapitel, Lázaro Molina, personaje que aparece en la documentación de la época, en quien recaía la responsabilidad de las obras y reparos del templo de Santa María. La cantidad, 40 ducados, es significativa teniendo en cuenta las dimensiones de la cubierta. 


En la centuria siguiente, en 1736 está documentada la intervención o sustitución de este primigenio chapitel debido a que el anterior “en tan poco tiempo se había penetrado de las aguas y se había podrido toda la madera habiendo desecho el antiguo que era de teja muy especial tanto que no habia otro como él en todas las Andalucias”. Este segundo chapitel se construyó según la traza del antiguo, “con la mejor teja que pudieron hacer en Úbeda la blanca, y en Andújar la negra”, con un remate en punta que no correspondía con el anterior. Esta obra, documentada en el Archivo Parroquial de Santa María, la realizó Francisco Fernández.


La segunda techumbre del campanario adoptó la forma de pirámide truncada, con un segundo cuerpo central rematado en punta, también a cuatro aguas, según se puede observar en la fotografía que acompañamos. Con toda seguridad, tras el terremoto de Lisboa en 1755, esta segunda obra debió ser reparada, a tenor de la descripción de los daños que causó el terremoto en el templo: “en la Parroquial de Santa María de la Concepción, que se abrieron las cornisas de la Iglesia, cayendo grandes ripios, sin ofender a persona alguna, no obstante estar la Iglesia quasi llena, por la festividad del día; y la torre se venció, quedando y permaneciendo en la estación presente torcida, y los arcos y chapitel maltratados, hasta donde están las campanas”.


Es de suponer que este segundo chapitel que vemos en fotografía debió sucumbir ante los sucesos bélicos de la guerra civil española, o bien se mantuvo maltrecho hasta que en los años 70 se acomete la reforma con escaso presupuesto que sustituyó la teja por el fibrocemento. En marzo del año 2024 culminaba un proyecto iniciado años atrás por el que se le devolvía a la cubierta a cuatro aguas del campanario aquella teja vidriada que lo distinguía en el siglo XVIII como singular en nuestra región. 

martes, 22 de julio de 2025

Documentos sobre la antigua ermita e imagen de Santa Ana de Torredonjimeno. Restauración de la imagen por el pintor Juan Troyano en el siglo XVII.

Ermita abandonada de Santa Ana (Trujillo)

Ildefonso Rueda Jándula

De las muchas ermitas, en su mayoría desaparecidas, que eran lugar de peregrinación y expresión de la piedad popular de los vecinos de Torredonjimeno en la Edad Moderna, escasas noticias nos han llegado de la Ermita de Santa Ana, así como de la devoción hacia la Madre de la Virgen María en los tiempos pretéritos. El Catastro que en la Corona de Castilla realizó el Marqués de Ensenada, nos permite acercarnos en primer lugar, a la ubicación de esta antigua ermita, sufragánea de la Parroquia Mayor de San Pedro. 


El Párroco de San Pedro, Frey D. Alonso Daza de Torres, como mayordomo de los bienes y rentas “de la Ermita y Santuario de mi Sra. Santa Ana, extramuros de ella”, relacionó los bienes y rentas de los numerosos censos que para el sostenimiento de esta ermita disponía. 


“Primeramente la hermita y Santuario de mi Sra. Santa Ana sufraganea de dha. Iglesia maior se halla extramuros de esta Villa en el Camino de Baena y se compone de cuerpo de Yglesia, capilla maior, casa contigua para la habitación de el santero, con cocina y dos quartos pequeños en bajo y una cámara, un guerto pequeño con algunas parras y álamos que a el se entra por la Yglesia y fuera mirando a el poniente un pedazo de tierra con una higuera, álamos, y granados que todo se da a el santero para que dha. Hermita este habitada…”

viernes, 18 de julio de 2025

Nuestro Patrimonio: Inédita fotografía de la Capilla de los Serrano Aguilera


En esta ocasión, mostramos una fotografía desconocida para muchas personas, procedente del Fondo editorial Albert Martín del Archivo de Cataluña. La fotografía, realizada con anterioridad a la guerra civil, muestra la Capilla fundada a mediados del siglo XVII por D. Gonzalo Serrano de Aguilera, cuyo blasón familiar corona el arco de medio punto que da entrada a una capilla funeraria de los Serrano de Aguilera, hoy día Capilla del Sagrario. Entre los elementos significativos de esta instantánea, destacan la hornacina frontal, que cobijaba un lienzo en el que se intuye la escena de la Pasión en el que Cristo espera ser crucificado, Cristo de la Paciencia o de la Humildad. Esta imagen está cobijada y enmarcada con las yeserías originales que aún se conservan. A la izquierda, una imponente reja separaba el espacio del templo del interior de la capilla, a la que se podía acceder desde el exterior. Sin duda que es una imagen que formará parte de los estudios futuros del patrimonio de nuestros templos.


Ildefonso Rueda Jándula

sábado, 5 de julio de 2025

Nuestro Patrimonio: El Cáliz que habla

 


NUESTRO PATRIMONIO: EL CÁLIZ QUE HABLA.

Entre el patrimonio de orfebrería que atesora la Parroquia de Santa Maria de Torredonjimeno, puede pasar desapercibido un cáliz de plata, de líneas sencillas, con un nudo troncocónico y decoración a modo de cordón.
Las marcas del platero artífice, del contraste que certificó la calidad de la obra, y de la ciudad donde se realizó, esta última frustra, no permiten concluir una cronología exacta, si bien por la tipología, podemos adscribirlo a mediados del siglo XIX.
En la base de este cáliz puede leerse: “Soy de San Juan Evanjelista Calle de la Muela”. Y bajo esta base, una inscripción aburilada de un inventario antiguo de los objetos litúrgicos: “Torre Gimeno 29”.
Estamos por tanto ante una pieza única, ya que se trataría del único vestigio material que ha pervivido en el tiempo de la antigua ermita de San Juan Evangelista que existía en la Calle de la Muela de Torredonjimeno desde mediados del siglo XVII. De la bendición de esta ermita, se conserva en el Archivo parroquial de Santa Maria un testimonio del Párroco, el licenciado Frey Juan Montano de Yegros.
Este testimonio, asentado en el libro nº 6 de Bautismos, data la bendición de la ermita el 25 de Diciembre de 1632. El Consejo de Órdenes había concedido la licencia para la construcción de esta ermita, bendecida en el día de Pascua de Navidad de 1632 por el Párroco de Santa Maria. A los dos días en la Fiesta de San Juan Evangelista fue el Licenciado Juan Rico, presbítero y sacristán mayor de Santa Maria, el que celebró la primera Eucaristía en la que predicó el Licenciado Alonso de Ortega.

Para el sostenimento y ornamentos de esta ermita de San Juan en la Calle de la Muela, la religiosa de la Orden Tercera de San Francisco D” Ana Guerta, viuda de D. Bartolomé de Ortega había legado unos bienes: Un haza de ocho celemines plantada de olivos en el sitio del palomar de las monjas, y una casa en Calle La Muela, frente a la ermita. Esta fundación establecía un capellán con obligación de celebrar la Santa Misa todos los domingos y fiestas de guardar. El primer Capellán fue D. Juan Rico y en la sucesión en la capellanía intervendría la Parroquia de Santa Maria.
Estos vestigios materiales nos hablan de un pasado que configuró en torno a los templos parroquiales de Torredonjimeno, un conjunto de ermitas entre las que discurrían las estaciones procesionales, y de un patrimonio en su mayoría perdido, al que nos acercamos a través de los últimos testimonios materiales que nos han llegado de tiempos pretéritos.

Ildefonso Rueda Jándula



ROGATIVAS A NUESTRA SEÑORA DE CONSOLACIÓN POR LA SEQUÍA DEL AÑO 1616. LAS TENSIONES JURISDICCIONALES EN TORNO A LA RELIGIOSIDAD POPULAR

 Ildefonso Rueda Jándula  El traslado de la imagen de Nuestra Señora de Consolación desde su Santuario hasta la ciudad de Torredonjimeno, ...